Me asusta pero me gusta

Me asusta pero me gusta

Dentro de poco comenzaré a dictar un taller que he llamado “El camino al monólogo cómico”, los envidiosos dirán que es porque no me atrevo a dictar un taller de monólogos cómicos y tendrán razón jeje. Desde el 2018 empecé a tomar clases para aprender a escribir monólogos cómicos, pero desde el 2016 ya tomaba clases de guion y desde el 2015 ya estudiaba Psicología de la Creatividad e iba identificando y poc a poc destrabando mis propios bloqueos e inhibiciones.

¿Pero por qué llamarlo “un camino…”?

Muy fácil, porque creo que cada uno arma su camino en casi todos los aspectos de la vida, y la escritura de un guion de stand-up lo es también. Pero ¿por qué no llamarlo “introducción al monólogo cómico”? porque no quiero que sea algo general, lo que busco, primero que nada, es poder ayudar al alumno a identificar qué historia quiere contar, con qué cosas se siente cómodo, de qué cosas le gustaría y puede escribir ahora. ¿Y por qué empezar así? Porque uno da lo que no le dieron jaja, porque eso eché en falta yo, que se me pregunte y se insista en el tema del que quiero hablar, y no que se descarte porque “alguien con tu perfil no debería hablar de eso” o “eso no le gusta escuchar a la gente”, sino más bien, que se piense en el momento del alumno, en su disponibilidad emocional actual, en lo que lo mueve ¿pero hay que ser tan dramita hasta para la comedia? Yo no le llamaría “ser dramita”, yo le llamaría: detenerse un poco al inicio para “trazar una ruta” y luego no perderse tanto en el trayecto.

¿O sea que de todas maneras habrá pérdida?

Obvio, claro, por supuesto, de eso se trata, el personaje de comedia por lo general es un loser, ¿por qué no hemos de hablar de perder?

Pero igual, más allá de todo tu floro (chamullo, perorata de preámbulo), eres una novata en esto ¿no?

Sí, claro, y a mucha honra, es la primera vez que me atreveré a dar un taller de este tipo, me asusta pero me gusta. Pero estoy desde ya contenta con la aventura, he planeado preparar las clases durante tres horas cada lunes y están siendo sesiones bonitas, como me gustan, con musiquita, luz a medias, revisando cuadernos viejos, lecturas nuevas y antiguas, ordenando info. Creo y quiero que el cariño que le estoy poniendo a este camino al Camino se note en todos los detalles.

Pero será difícil, siempre enseñar algo es difícil, lo sabes ¿no?

Claro que sí, seguro que será un grupo heterogéneo, pero me voy convencida de que cuando alguien enseña algo a un grupo, aprende más que nadie en ese grupo, entonces, lo estoy tomando como que soy yo quien me voy a aprender, a aprender a enseñar.

Me siento cursi

¿Por qué?

Porque creo que mi discurso no va con el discurso actual, el discurso actual es muy “triunfador”, va de vamos a triunfar, vamos a petarlo, y la verdad es que no se sabe.

¿Pero no es eso muy pesimista?

Ummmm, no sé, para mí es más honesto, es más un “no vender gato por liebre”. Yo estoy armando un taller en el que estoy poniendo mi corazón, le meto impro, le meto literatura, porque la literatura es hermosa, es lo que nos hace vivir el fracaso con otra piel, es lo que nos hace soñar, sentir…

¿O sea que hasta literatura le vas a meter?

Si se puede, sí, pero sobre todo, cuidado. Quiero cuidar las historias de las personas que vengan al grupo. Ya estoy pensando en estas historias, ya hay una magia que empezó a crearse alrededor de esto, una magia cómica si quieres, no olvidemos la fórmula básica de la comedia: dolor + tiempo. Todos adolecemos de algo, solo hay que sumarle tiempo, largo, diría yo, para poder superarlo y poder reírnos de ello. Eso hay que cuidar, la historia, el tiempo de sanación y a la personita que los trae.

Sí eres muy cursi

Jaja, te lo dije.

Bueno, dónde y cómo harás esta locura?

En el C.C. Torre Llobeta, desde el 9 de octubre, quien quiera se puede inscribir aquí. Los esperamos, yo, mi corazón, mi mirada, mi escucha y mi sentido del humor 😉

Al terminar de escribir esto escuché estas dos canciones:

Y luego pensé: este pedacito de canción me encanta y sirve para lo mío:

“Lo que tanto extraño de ti, no está en ti, sino en mí y para liberarlo solo tengo que meterme ahí”

El funk, La sonora beatbox

Aplicaré esta lección en mi clasecita “solo tengo que meterme ahí”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Up Next:

Taller de impro en Cajamarca

Taller de impro en Cajamarca